Según un reciente informe de EAE Business School, la reacción de los consumidores durante la pandemia ha generado el llamado efecto látigo en las cadenas de suministro, cuyas consecuencias se verán dentro de unos meses con importantes pérdidas.
La situación impactará especialmente en los fabricantes, ya que, como reseña el trabajo, han tenido que realizar una inversión de inventario excesiva, con bajos niveles de servicio al cliente, un uso ineficaz del transporte, una capacidad de fabricación mal utilizada y por tanto con el resultado final de pérdida de ingresos.
De igual modo, la tendencia parece indicar que el impacto de la crisis sanitaria será mucho más negativa que en anteriores disrupciones en el volumen de contenedores del comercio internacional debido al parón de producción en las zonas de cuarentena.
Esta situación conducirá a que las compañías evalúen cambios en las estrategias de globalización de sus empresas y, puntualmente, tomen decisiones sobre la localización de sus centros productivos.