El concepto de fabricación «justo a tiempo» (JIT, por sus siglas en inglés) se originó en la década de 1950 en las fábricas de coches de Toyota. Con el tiempo, esta idea se ha introducido en los procesos logísticos y de almacén, y hoy en día es parte de la filosofía de gestión empresarial «ajustada». Los cambios económicos precipitados por la pandemia de COVID-19 han transformado la manera de organizar hoy la logística JIT.
La logística JIT apoya una producción inteligente, con menos inventarios y menos camiones esperando carga al mismo tiempo. Una mayor eficiencia se traduce en tiempos de entrega más cortos, lo cual es vital en un mercado competitivo donde la alta calidad, la diversidad de la cartera de servicios y unos precios atractivos no son suficientes para que una compañía logística destaque de verdad. Para lograr que las operaciones sean efectivas, los fabricantes necesitan cadenas de suministro que funcionen rápido.
La crisis del coronavirus y los retos que ha traído la pandemia a los mercados globales han operado cambios significativos en el mercado actual de las soluciones logísticas y de transporte. El primero de estos retos apareció en China, el epicentro de la COVID-19.
Daniel Hajduk
«Con el brote de la pandemia en China, experimentamos interrupciones en las cadenas de suministro y en la disponibilidad de ciertos bienes. El virus ha puesto de manifiesto que los países dependen de los bienes de importación. Los consumidores tuvieron que lidiar con desabastecimiento de productos básicos como los guantes desechables, los geles antibacterianos y el papel higiénico», comenta Daniel Hajduk, Líder del Express Delivery Team (Equipo de Envíos Exprés) de AsstrA en Varsovia.
La propagación de la pandemia por todo el mundo provocó, en muchos casos, que se suspendiese temporalmente la producción en la industria del automóvil, la química, la alimentaria y la textil. El bloqueo de las rutas de suministro y las restricciones al comercio hicieron que el modelo JIT dejase de ser factible, y muchos fabricantes no disponían de planes de contingencia. Solo los que pensaron rápido y con flexibilidad fueron capaces de responder con eficiencia.
«El coronavirus ha evidenciado las carencias de la aproximación JIT. Cuando la pandemia interrumpió la liquidez en el suministros, los bienes dejaron de poder entregarse a tiempo. Los fabricantes se vieron forzados a reevaluar y diversificar sus planes, y determinar los niveles de inventario necesarios», añade Daniel Hajduk.
La incertidumbre también ha supuesto una prueba exigente para las cadenas logísticas previas a la pandemia. A pesar del resurgimiento de la industria china, las empresas aún se enfrentan al reto de hacer evolucionar sus cadenas de suministro. Puesto que la puntualidad en las entregas es prioritaria, se ha producido una migración de las soluciones de transporte por carretera a las alternativas ferroviaria, marítima o aérea.
Con el fin de evitar complicaciones similares en el futuro, muchos fabricantes planean centrarse en mantener un inventario local que equilibre el suministro con la demanda, así como digitalizar sus cadenas de suministro. Por tanto, aumentará la importancia de los envíos JIT y las soluciones de logística local.
«Ahora tenemos una oportunidad para identificar los vacíos de los sistemas y estructuras antiguos, y arreglarlos. En toda la industria del transporte y la logística, se están haciendo grandes esfuerzos para digitalizar los procesos y construir plataformas comunes donde los participantes en el proceso puedan compartir información actualizada, que antes faltaba con frecuencia», resume Daniel Hajduk.