Si la tecnología avanza según lo esperado, la impresión 3D impactará de manera significativa en el mundo de la logística en un futuro no tan lejano. Diversos estudios internacionales aseguran que esta innovación tiene potencial para cambiar cómo diseñamos, creamos y enviamos un producto, lo que revierte directamente en la forma de tomar decisiones dentro de las empresas y en los flujos comerciales a nivel mundial. Ante estas expectativas, Barcelona se está posicionando en el mercado: dispone de uno de los mayores centros de impresión 3D en serie en Terrassa y acaban de cumplirse 100 días desde la inauguración de la 3D Factory Incubator, la primera incubadora europea de alta tecnología en impresión 3D e impulsada por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona y la Fundación Leitat.
“El hecho prometedor es que reducirá las complejidades en las cadenas de suministro, a la vez que permitirá a las empresas ofrecer productos más complejos y personalizados”, ha manifestado el profesor del MIT-Zaragoza Logistics Center (ZLC) Mustafa Cagri. Además, algunos expertos del sector, como el director de la consultora Solutions & Decisions, Miquel Serracanta, apuntan a que la aplicación de este tipo de tecnologías no es el futuro, sino el presente: “La impresión 3D ya está cambiando los procesos de fabricación de bienes en la cadena logística ahora, en 2019”.
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